Noche de Brujas (Parte II)

...y así continúa mi historia:

Después de haber despertado completamente (y cómo no habría de hacerlo, después de tal madrazo) me percaté de que mi buen Rojo ya no quería moverse, así que me bajé para hacer recuento de los daños.

Lo primero que llamó mi atención fue una sustancia extraña embarrada del lado del copiloto, "pero si ni borracho andaba... Yo no vomité", horas después deduciría que eso fué lo que escuché golpear el carro esa misma tarde; un huevazo (cabe destacar que yo estaba atascado en un paso a desnivel y el proyectil vino desde arriba, pero como yo venía escuchando a Pink Floyd, me valió madres).

De repente se estaciona delante de mí un taxi (ah como tengo historias con taxistas que me ayudan) y dice amablemente:

¿Ocupas ayuda, carnal?
- Eesteee.... Déjame ver, ¡chido!
(el taxi se arrancó sin yo advertirlo)

GRAVE error.

Total, no seré el más mashin en la mecánica, pero sé que ningún carro deja de avanzar por un huevazo, por embarrado que esté. Así que en una inspección más detallada descubrí el me-hole (o sea me-hoyo) del asunto; ¡la llanta estaba ladeada 90 grados!. Antes de que saquen su transportador, regla T y calculadora Texas Instruments, me explico: El rin se veía estando parado frente al carro (y ya si no entendieron con eso pues ni modo).

Confundido y con frío, intenté llamar al seguro, pero estos celulares de hoy en día se apagan si no los cargas. Así que pensé en ir a mi casa y volver al lugar de los hechos, le eché la bendición al Rojo y caminé por el puente (pero fui muy cuidadoso... dejé las intermitentes puestas).

Cabe destacar que eran las 6:30 am, estaba haciendo un frío jijoelashingaa (a pesar de que yo traía mi chamarra de renegato) y el lugar por donde caminaba estaba más negro que los pensamientos de este wey. Pero yo bien masho seguía caminando y justamente en ese momento me percaté de mi GRAVE error al rechazar al taxista que tan amablemente me ofreció su ayuda.

Mi casa (que es su casa, pero no les doy la dirección, ni los invito) no está tan lejos de donde fue el "siniestro" (por cierto, ¿porqué los llamarán siniestros?), pero tampoco está como para irse caminando mientras cantas una alegre canción. Digamos que en carro se harán unos 7 minutos, en fin, pasaron ¡cinco malditos taxis y NINGUNO me peló!, mientras tanto yo seguía titiriteando de frío mientras caminaba. Ya pasando el BOSSE (un antro que espero nunca visitar, donde por cierto venden hot dogs a las 6:30 de la mañana por alguna razón) un auto amarillo se dignó a pararse, y noooo, no era el Pussy Wagon, ¡Era un taxi!

Como es costumbre mía, venía en el asiento de adelante platicando con el taxista, y al escuchar la situación me dijo "pos yo te recomiendo que digas que alguien más iba manejando porque con aliento alcohólico el seguro no te va a pagar nada, y pior si llega tránsito". Yo no daba crédito a tal despliegue magnánimo de sabiduría en un tsuru amarillo (curiosamente no le había dicho al taxista que tomé, pero seguramente fue el aliento de pasatelasbotanas que me delató).

Después de eso todo fue rutina; ajustador, yo en el puente haciéndole señales a los carros para que no se fueran a estrellar tras haber roto los triangulitos (es que ya había amanecido y no se veían las intermitentes desde lejos) y el ocasional HDP que pasaba mentando madres (uuuy te juro que para la próxima que me quede jetón y choque trataré de que no sea por donde tú pasas). Tanta fue mi suerte que ese mismo día por la noche estaba manejando mi carro y el único rastro que queda son dos rasponcitos que con una pulida salen.

Me malviajé horriblemente al pensar TODO lo que me pudo haber pasado si hubiera llegado tránsito, ah y que en una situación así nunca está por demás considerar la posibilidad de petatearse. Pero gracias a eso como que ya estoy tomando en serio lo de dormir bien, organizar mis tiempos etc.

A quien lea esto y crea que uno no se puede quedar dormido manejando... zzZZzZ.