La FIL, Moneros y Fiestón

Como las 4 personas que fielmente siguen este blog (¡ujuuu ya no son 2!) podrán notar, estuve ausente durante 6 días (cómo me atrevo a tener vida social, qué vergüenza). Blah, en realidad no tuve mucho tiempo, pero ahi va el recuento de los daños:

El Viernes me fui con mi Japo a la FIL y he de confesar que no fue muy productivo. Encontré varios libros interesantes pa' nosotros que nos gusta la ñoñada, pero desafortunadamente la sección de librosdeanimacioncomoeldeprestonblairquellevounbuenratobuscando estaba pooooobre, y lo que había estaba carísimo y no valía la pena. Al menos mi nena sí consiguió el libro que quería, y yo soltaba un suspiro que otro mientras ella babeaba ante los libros de programación, snif.

Lo que sí me sorprendió es que para ser un país (o más bien limitémoslo al estado) de no lectores, estaba bastante lleno (y para mi sorpresa, lectores con carro) aunque sé que muchos de ellos venían de visita desde extrangia.

El Sábado cometí un crimen horrible: ¡Levantarme a las 8 am! Pero valió la pena, estuve en el evento del que tanto se hablaba en ¡#$%&! Cómics, saludé al buen Guffo, conocí al resto de los ¡#$%&! Editores, a Rox y a Zónico (estos últimos dos no tienen nada que ver con los monitos, pero ahi estaban y fuimos a las tortas ahogadas).

Después de codearme con la realeza del mundo de los monitos, las cómics, el cine y los blogs, regresamos a la FIL en donde gracias a un atinado movimiento de logística samurai por parte del buen Mudo, no pagué mi re-ingreso. Ya había perdido la esperanza de conocer a los moneros que estuvieron el día anterior, pero no contaba yo con que premiarían a Rogelio Naranjo con La Catrina.

En este evento se congregaron varios de mis ídolos como Rius, Sergio Aragonés, Hernández, Helguera, Bachan y Bef, entre otros. Me faltó conocer a Patricio Betteo, pero Guffo le iba a pedir un autógrafo para mí... Espero que lo haya hecho.

Pero eso no terminó ahí, después de la FIL estuve un ratito con la Japo disfrutando de un espresso americano mediano con carga extra (¡chíngate esa James Bond con tus martinis maricas!). Poco más tarde, fui a la recóndita casa de Jorge a celebrar el onomástico de Su Satanidad David (el sonso ese que tocaba la guitarra en mi ex banda Kama Sutra) en donde como fue prometido, comimos como romanos, bebimos como cosacos y festejamos como rockeros. Lo más impresionante es que a pesar de todo lo que tomé y que no acostumbro tomar en cantidades industriales, amanecí totalmente libre de culpa y cruda.

Sobre los últimos acontecimientos, ya estoy en capacitación con el buen Gil para trabajar en mis monitos. Como ya se extendió demasiado esto, los dejo con una bonita tira que hice en el suelo del tren mientras esperaba a David.

por cierto la gente se me quedaba viendo con ganas de aventarme una moneda (y no lo hicieron), snif.